jueves, 14 de abril de 2011

14 de abril


Hoy 14 de abril rememoramos como cada año el día en que se proclamó la II República, de forma realmente democrática, fruto de la voluntad de un pueblo harto de una monarquía corrupta (como todas las monarquías) y de un sistema político que defendía sólo a los más privilegiados (como nuestro sistema actual). Comenzó así un periodo revolucionario en que se intentó cambiar la distribución de las tierras agrícolas en beneficio de los más desfavorecidos; en que se trató de acabar con los privilegios de Iglesia y ejército; en que las mujeres comenzaron a acceder a los organismos de gobierno; un tiempo en el que el pueblo trabajador comenzó a ser actor y partícipe en las decisiones que le afectaban (al contrario que hoy). Siempre que surgen estas alternativas reales y esperanzadoras para los más humildes, aparecen también los intereses oscuros, la inquina y el hambre voraz de privilegios y poder. Así, la República se vio truncada por los poderes nacionales que deseaban mantener sus prerrogativas antes que respetar la propia humanidad. Las potencias occidentales, que se decían y dicen tan demócratas (EE.UU, Francia, Inglaterra) nos abandonaron a la dictadura bien por pasividad, bien por connivencia. 
Hoy nos encontramos con una sistema político monárquico legitimado por los últimos designios de Franco, no lo olvidemos, también por una Constitución que hicieron votar al pueblo bajo la amenaza de otra guerra civil y del caos más absoluto. Constitución que se niegan a revisar y que blinda a una corona que vive gracias a la riqueza de los trabajadores. 

Es urgente revisar este sistema político, más hoy, cuando los trabajadores necesitan tantas ayudas, tanto dinero, tanto trabajo, mientras el gobierno despilfarra numerosos recursos en mantener una familia que nosotros solo podemos calificar de parásita y que basa su riqueza en el latrocinio. Así que retamos, o incluso exigimos, a las formaciones políticas de nuestro pueblo a posicionarse respecto al conflicto República o monarquía. No hay medias tintas, o se lucha de forma práctica y con pruebas y hechos, por un cambio en este sentido, o se está apoyando por acción u omisión a Juan Carlos y todo su séquito. Por eso, repetimos, esperamos que las fuerzas políticas de Orihuela, digan de cara al pueblo qué opinan al respecto, porque mucha gente, también gente de Orihuela, podría trabajar y tener salario con parte del dinero de la casa real.

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