Recuerda usted en su trabajo unas palabras de Wallerstein en las que afirmaba que no hubo en el siglo XX, propiamente hablando, economías socialistas sino más bien “movimientos socialistas o autoproclamados socialistas” que controlaron algunos aparatos del Estado. ¿No hubo pues, en su opinión, socialismo en la Unión Soviética ni en Checoslovaquia ni en Yugoslavia ni en la China maoísta, aunque fuera un “socialismo real”, un socialismo con enormes deficiencias?
Sin duda es un tema complicado, pero no piense que no me quiero “mojar” con su pregunta, es tiempo necesario de arriesgarse aun a sabiendas de que nos podemos equivocar, el miedo al error sólo conseguirá inmovilizarnos.
Mi respuesta es que no, no hubo socialismo en ninguno de esos países que me cita, aunque sí se produjeron avances en una dirección socialista. Sí hubo espacios socialistas en esos países, tal como le indicaba en la respuesta anterior. Sí los hubo en la URSS, en la China maoísta, etc. El problema al contestar a este tipo de preguntas, de si algo es o no es, es igual a preguntar si llega o no llega a merecer serlo. Entonces, para no hacerlo absolutamente subjetivo y por tanto arbitrario, nos hemos de basar en pruebas, en argumentos. Los míos radican en establecer cuándo se alcanza la hegemonía en algo, el predominio, en este caso, el socialista.
Sin duda es un tema complicado, pero no piense que no me quiero “mojar” con su pregunta, es tiempo necesario de arriesgarse aun a sabiendas de que nos podemos equivocar, el miedo al error sólo conseguirá inmovilizarnos.
Mi respuesta es que no, no hubo socialismo en ninguno de esos países que me cita, aunque sí se produjeron avances en una dirección socialista. Sí hubo espacios socialistas en esos países, tal como le indicaba en la respuesta anterior. Sí los hubo en la URSS, en la China maoísta, etc. El problema al contestar a este tipo de preguntas, de si algo es o no es, es igual a preguntar si llega o no llega a merecer serlo. Entonces, para no hacerlo absolutamente subjetivo y por tanto arbitrario, nos hemos de basar en pruebas, en argumentos. Los míos radican en establecer cuándo se alcanza la hegemonía en algo, el predominio, en este caso, el socialista.