Estamos en plena precampaña. A unos les toca hacer pequeños mítines para enardecer a la militancia atenuando así el previsible descalabro que tendrán; otros se lamen el colmillo de cara a una presumible “victoria” que conseguirán porque así lo establece el guión del sistema, por haber estado en la barrera y no en el ruedo, pues de haber gobernado estos 8 años habrían hecho prácticamente lo mismo. Y mientras esta ridícula pelea entre gallos de la misma raza se está dando, a algunos sólo nos queda intentar desmontar alguna falacia que otra, rezando para que en estos próximos comicios pase algo que debió ocurrir hace mucho tiempo, a saber, el hundimiento de los dos grandes partidos, las dos cabezas del señor capital. Y si de paso, se le da un toque de atención a los dirigentes de IU y a su sempiterno vicio de tratar al PSOE con la deferencia y cariño que nunca mereció, mejor que mejor.
El PSOE de Orihuela está encendiendo las brasas y comenzó a henchir el pecho e inflar las siglas con un mitin donde ensalzó los 100 días de gobierno. Me entero (tarde) de que en el susodicho encuentro la Sra. Moreno tuvo a bien comparar el cambio de siglas políticas en nuestro municipio con la transición política posfranquista en el estado español . Bien, el otro día le decía una amiga mía a su nuevo novio que las comparaciones eran odiosas y que no se preocupara por ciertos asuntillos amatorios y de alcoba, pero no era cierto, era una mentira piadosa, las comparaciones no son odiosas, antes al contrario, son utilísimas si de ellas se extraen conclusiones y, sobre todo, si no son parciales e interesadas. La líder de los social-liberales de Orihuela hizo su comparación desde una óptica adoradora del proceso político, como si del paso del limbo al edén se tratase. Pero la candidata del PSOE oculta los puntos negros de la transición de Suárez y González (ella misma citó a ambos en su discurso) de igual forma que oculta los puntos oscuros de la “transición” oriolana, y esas comparaciones sí son odiosas. Suerte que a falta de fármacos contra la desmemoria, existen otras personas que , de cuando en cuando, si nos olvidamos de hechos importantes nos los recuerdan. Así pues, habrá que recordarle a quienes tan fácilmente se apoyan en la transición para justificar sus acciones, todo lo sucio que tuvo la misma: no recuerda Antonia Moreno que detrás de la apertura política con la libertad de voto se escondía una ley electoral articulada a gusto de los grandes y que, como reconoció UCD, su fin era desactivar al PCE dada su distribución geográfica del voto; de la misma forma que no recuerda que debajo de tanta fiesta por las libertades ampliadas se escondía una constitución que es una aberración jurídica pues no reconoce la igualdad de todos los españoles de igual forma que nombra la vivienda y el trabajo pero, a la hora de la verdad, no los garantiza como bien se ha demostrado y que blindaba una corona que había jurado hasta en tres ocasiones los principios del franquismo. Olvida esto y más la concejala pseudoizquierdista y ,ya que citó en su discurso al semidios del PSOE el señor González, podríamos hablar de los contratos basura que aquel implementó; de las huelgas generales que se tuvo que zampar por plegarnos al capital europeo; de los procesos de privatización económica que hizo en España y de los que hoy tanto nos arrepentimos; de las alianzas que su gobierno forjó con la dictadura de Marruecos, entre otras…Pero no, tampoco recuerda la Sra. Moreno la ley de amnistía de 1977 del “punto final” que supuso cerrar una herida sin desinfectar condenándonos a la desmemoria y la impunidad de los criminales, de la misma forma que no recuerda que el Tribunal de Orden Público que detenía a “rojos y maricones” se cambió el nombre por Audiencia Nacional (utilizando misma infraestructura y personal)para pasar a detener todo tipo de secesionistas y rivales políticos del nuevo orden valiéndose de unos poderes que muchos juristas cuestionan. Olvida todo eso el PSOE y sus líderes, que siendo gente docta en letras pero profana en ciencias (como un servidor) olvidan una reacción química básica para entender procesos políticos e históricos, a saber, que los barros pretéritos implican lodos presentes.
Es curioso, el olvido del pasado equivale a la ceguera en el presente, y todo lo que olvida (muchas veces intencionadamente) cualquier cargo del PSOE cuando habla de la transición española es lo que no ve cuando habla de la transición oriolana. Soslaya la Sra. Moreno cómo los nuevos gobernantes ya están haciendo el divertido juego de “contrate al asesor que más le guste” tan criticado en las anteriores legislaturas. Ya ha comenzado el desfile de “cargos de confianza” elegidos desde el más puro de los dedazos y atendiendo no a criterios de experiencia y formación en una disciplina específica de la que el gobierno necesite consejo , sino que se contrata atendiendo a cuántos carteles se pegaron en la campaña y cómo de cerca se estaba en la lista. Mucha gente ha trabajado en estas elecciones, algunos hasta se jugaban su puesto de trabajo, y nadie con una ideología sana espera ser condecorado con un cargo por ello, ni tampoco a nadie con un mínimo de conciencia política se le ocurriría premiar a otro en esos términos. Pero no, y lo peor es que lo hacen desde la vanagloria de creerse imprescindibles cuando seguramente no sean ni necesarios estos nuevos asesores. Olvida también la Sra Moreno que los nuevos partidos han utilizado la figura del concejal no electo (que bien podría no existir, por aquello de la austeridad) para dotar de poderes a personas que por falta de redaños o por lo que fuere, no obtuvieron con los votos lo que ahora han conseguido con el dedo del Sr. Guillén. No ve tampoco el PSOE que aquí los pedáneos han cambiado de color pero no de método, y en muchos casos patéticos, ni siquiera han cambiado de cara ni de nombre. Obvia eso y mucho más, pero no importa porque seguirán jugando a las comparaciones parciales, y cada dislate y derechazo cometido se verá justificado con el manido “mejor que con el PP…”. Sí, con el PP estábamos peor de la misma forma que lo estábamos con Franco, pero no nos confundamos: no ser el malo, no te convierte en el bueno. El PP oriolano ha sido (y es) tan extremo y criminal que cualquier otra cosa sería mejor (o menos mala), pero no cualquier cosa será buena y, ni mucho menos, de izquierdas. Que no lo olviden los nuevos cuando saquen pecho.
Karlos Bernabé Martinez
militante IU Orihuela
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