lunes, 4 de abril de 2011

Izquierda Unida señala la peligrosa deuda del municipio y el carácter antidemocrático de la misma.

Consideramos que una deuda de más de 50 millones de euros hipoteca, y nunca mejor dicho, la gobernabilidad del municipio y la soberanía de sus habitantes frente a los designios de los acreedores que podrán, -en la línea del modelo económico que la izquierda rechaza-, condicionar y controlar las políticas locales. Así, la presión de los préstamos provocará que sólo se construya y se invierta en aquello que genere riqueza a la gran empresa y financieros que tengan económicamente controlado el ayuntamiento. La deuda es, además, ilegítima, puesto que algo tan serio como ahogar a una administración en préstamos debería contar con el beneplácito explícito del pueblo. Desde IU preguntamos si se consultó al pueblo de Orihuela sobre este endeudamiento o si se le explicó siquiera. No, y no sólo eso, sino que esta situación económica limita los posibles cambios de gobierno en el futuro y hace inevitable los enfrentamientos con ciertos poderes económicos, enfrentamientos que, desde luego, la izquierda no teme.

Además nos preguntamos dónde ha ido a parar esa deuda, Orihuela carece de una red de transporte público eficiente (o ineficiente, ya que apenas existe en transporte público); hay una carencia de servicios brutal (guarderías, centros culturales, biblioteca municipal) y la industria local se vio desmantelada en aras de la construcción desaforada que ha destrozado nuestro medio ambiente.

Así, la deuda municipal es, además de antidemocrática, inútil ya que no ha redundado en un tejido social capaz de afrontarla ni en un mayor bienestar de los oriolanos. El señor Lidón argumenta que la situación no es mala porque no es peor que la de otros municipios, pero eso es una falacia, dado que la situación del resto de municipios ya es suficientemente mala. La deuda de las administraciones locales es un serio problema. Desde IU recordamos que es posible (y necesario) otro modelo económico que gire entorno al beneficio humano y no al dinero, que se traduce por el beneficio de una pequeña élite. Todo lo gastado en asesores, salarios desorbitados de concejales y subcontratas inútiles podría verse destinado a mejorar el tejido productivo local y a las ayudas sociales que redundarían en última instancia en mayores ingresos del ayuntamiento que, a su vez, podrían seguir destinándose a ayudar a la población a superar el estado económico lamentable en que la han sumido bancos, gobiernos y criminales políticos varios en definitiva (Botín, Zapatero, Francisco González….).

Fuente: TeleOrihuela

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